Estadounidenses no tienen en cuenta los costos de los tratamientos nuevos: sondeo

Por Genevra Pittman NUEVA YORK (Reuters Health) - La mayoría de los estadounidenses no quieren que el Gobierno decida si los tratamientos médicos son económicos antes de que los pacientes los puedan utilizar, según revela una encuesta. En algunos países, como Gran Bretaña y Alemania, los gobiernos tienen esa facultad. Antes de que los pacientes puedan acceder a un fármaco nuevo, por ejemplo, las autoridades estudian su efectividad. Además, comparan su costo con el de otros productos y luego deciden si está disponible para la población. "La idea es decidir si, al agregar una nueva tecnología, se obtendrá una compensación acorde a lo que hay que pagar", dijo Michael Botta, que dirigió el relevamiento cuando trabajaba en el Programa de Políticas de Salud de la Universidad de Harvard. "En esos países, pienso que funciona bastante bien", agregó. Pero en el nuevo estudio, sólo el 44 por ciento de los estadounidenses apoyaba algo similar en su país. El equipo entrevistó telefónicamente a unos 1.000 adultos, una muestra representativa de la población general. Les preguntó si respaldarían a una agencia gubernamental para que analice los costos y los beneficios de los tratamientos médicos y les planteó cuatro situaciones. Por ejemplo, se les planteaba que un fármaco oncológico nuevo le prolonga unos meses la vida a los pacientes, pero cuesta 35.000 dólares por caso; o que un nuevo medicamento cuesta 100 veces más que otro y está demostrado que ayuda a tratar una enfermedad grave, mientras que el producto más económico no está tan bien estudiado pero muchos médicos lo utilizan porque parece funcionar bien. En el segundo caso, los participantes respondían cómo se sentirían si sólo estuviera disponible el fármaco más económico. Con falta de entusiasmo por respaldar a una agencia estatal, la mayoría (entre el 61 y el 73 por ciento) rechazó las decisiones de restringir el uso de un tratamiento o no proporcionarlo en absoluto, lo que sorprendió a Botta porque esperaba hallar una mayor comprensión del equilibrio de las decisiones. Pero dijo que cuando la gente está enferma, no le importa si un fármaco le proporciona unos pocos meses más de vida porque piensa que el beneficio podría ser aún mayor en su caso. "La mayoría de la población de nuestro país considera que si un tratamiento ayuda a una persona, entonces debería estar disponible para que lo utilice sin tener en cuenta la relación costo-efectividad de ese tratamiento", dijo Eugene Nelson, director de un programa de medición de la salud poblacional del Instituto de Dartmouth, en Lebanon, New Hampshire. El doctor Alec B. O'Connor, de la Facultad de Medicina y Odontología de la University of Rochester, en Nueva York, coincidió. "Lo interesante de esto es que los estadounidenses se piensan como pacientes", pero no como los que pagan los gastos, indicó. Al doctor Alvin Mushlin, que dirige el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de Weill Cornell, en Nueva York, le sorprendió cuántas personas estaban a favor del análisis de costos y se preguntó si los resultados serían distintos si las personas supieran para qué se podría utilizar el dinero ahorrado, como por ejemplo, ayudar a una embarazada a recibir atención prenatal. El estudio publicado en JAMA Internal Medicine se realizó con un subsidio de la empresa Bayer. Los Centros para los Servicios de Medicare y Medicaid estiman que el gasto en salud de Estados Unidos en el 2011 fue de 2,7 billones de dólares o unos 8.680 dólares por persona. FUENTE: JAMA Internal Medicine, online 7 de octubre del 2013