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Un estudio demuestra que las parafilias sexuales son más habituales de lo que se cree

“¿El sexo es sucio? Solo cuando se hace bien”. La famosa frase de Woody Allen es el mantra que guía la vida de mucha gente que ha encontrado la felicidad dando rienda suelta a sus fantasías sexuales. Lo que para unos es raro, para otros es una delicia. Y parece que estas ‘desviaciones’ son mucho más frecuentes de lo que cree el mundo.

Al menos eso es lo que ha revelado un estudio llevado a cabo por la Universidad de Montreal y publicado en la revista Journal of Sex Research. En el trabajo se ha preguntado por los intereses sexuales y el comportamiento en la cama a 1.040 personas (hombres y mujeres de más de 18 años).

Y las conclusiones fueron las siguientes: un 45,5% de los encuestados muestran interés por fantasías que podrían ser consideradas parafilias. Y un 33% del total asegura haber llevado a cabo esas ensoñaciones eróticas. Según la biblia de las enfermedades mentales, el DSM-V, las conductas sexuales se pueden dividir en dos tipos: las normales y las parafílicas, entre las que se encuentran las que en psiquiatría clásica se denominaban ‘desviaciones’.

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¿Pero cuáles son esas rarezas practicadas por los encuestados? Un 35% aseguran estar nteresados por el voyeurismo, o el placer de ver a otras personas teniendo sexo en vivo. Un 26% asegura inclinarse por el fetichismo, o darle valor erótico a un objeto o prenda inanimada. Otro 26% mostraba interés por el froteurismo, o el placer de frotarse contra otra persona sin tener sexo. Y por último, un 19% declaraba su pasión por el masoquismo, el encontrar gratificación en ser humillado.

Respecto a la división por sexos, los autores señalan que ambos grupos muestran interés por las parafilias, pero que hay diferencias en las temáticas. Por ejemplo, ellas se inclinan por la sumisión sexual. Y aquellas mujeres encuestadas que mostraban un interés por estas conductas ‘desviadas’, aseguraban estar mucho más satisfechas con su vida sexual que las mujeres que buscaban sexo más estándar.

El profesor Christian Joyal, autor de la investigación, asegura que “una parafilia no es un trastorno mental. Es más bien una preferencia sexual que aleja de los intereses de la media. Y este estudio demuestra que hay muchas conductas consideradas por el DSM-V como raras o anormales que en realidad son perfectamente sanas y no causan ningún daño”.