Adultos colorean tantos libros que escasean los lápices para pintar
La “adicción” de los adultos por pintar libros para reducir el estrés ha logrado afectar directamente a la producción de lápices de colores a nivel mundial. Por esta razón, en el último año, empresas como Staedtler y Faber-Castell han tenido que realizar maniobras abruptas para satisfacer el aumento significativo de la demanda de este producto. Las consecuencias de un boom impensado.
Los mayores fabricantes a nivel mundial tuvieron que adaptarse a un nuevo escenario. Foto: Instagram.com/dolomol
Arte, terapia ¡y negocio!
Pablo Picasso dijo alguna vez: “Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siéndolo una vez que se ha crecido”. Según datos del último año, millones de adultos han encontrado en los libros para colorear una respuesta a la inquietante pregunta que dejó planteada hace un siglo el gran pintor español.
De hecho, todos sabemos de alguien que, a diario, colorea libros de mandalas, paisajes u otros dibujos y diseños. Para satisfacer a la creciente demanda, las grandes empresas fabricantes de lápices de colores han debido realizar abruptos cambios en la producción a nivel mundial.
Colorear libros, la magia del arte antiestrés. Foto: Facebook.com/STAEDTLER
Golpe de timón
La empresa alemana Staedtler, que produce rotuladores y lápices de colores, ha tenido que atender el aumento significativo de ventas, por ejemplo, en Australia. Allí, los adultos están obsesionados con la nueva tendencia y, por esta razón, la compañía incrementó la demanda en un 14% durante el 2015, según informó Mashable.
El fabricante tuvo que salir corriendo a contratar personal especializado y comprar maquinaria para satisfacer el boom creado con la proliferación de libros para colorear destinado a adultos.
El florecimiento de este tipo de libros se incrementó con el rumor de que ayudaban a reducir el estrés. Foto: Instagram.com/johannabasford
La precursora
La “adicción” de algunos adultos a adquirir libros para colorear está muy relacionado con el trabajo realizado por la escocesa Johanna Basford. Ella fue la pionera de esta tendencia. Desde 2013 y hasta hoy, ha publicado tres libros que llegaron a la cima de ventas. Con más de 16 millones de copias vendidas, este crecimiento sin precedentes en la industria editorial ha afectado directamente a los fabricantes de lápices en Inglaterra, Australia, Sudamérica y otros países del mundo.
Entre sus ejemplares más reconocidos se encuentran “El jardín secreto”, “El océano perdido” y “El bosque encantado”. Y, en agosto de este año, planea publicar su cuarto libro “La jungla mágica”.
Basford ha sido una de las responsables del boom editorial. Foto: Instagram.com/johannabasford
Papel y lápiz
Una de las razones por las que se explica esta creciente tendencia es la manifiesta necesidad que tienen los adultos por encontrar herramientas para aliviar el estrés y escapar del mundo digital. Por eso, nada mejor que volver a una atención infantil. Colorear libros, que aseguran ayudar a reducir el estrés y a prevenir el deterioro cognitivo, resultó atractivo para millones de personas.
Basford asegura que, a los adultos, colorear les da la oportunidad de jugar, una actividad que probablemente los transporta a una época sin preocupaciones. “He recibido correos electrónicos de personas confesándome que esperaban que sus hijos se fueran a dormir para quedarse despiertos por horas pintando sus libros tranquilos”, confesó la artista en diálogo con The Telegraph.
No solo creció la demanda de lápices, también los adultos exigen más colores. Foto: Instagram.com/fabercastellglobal
Clientes más exigentes
Al parecer, Staedtler también detectó un aumento significativo en las ventas de las cajas de 26 y 36 lápices. Por esto, la empresa va a añadir seis colores más este año, para alcanzar el rango total de 42 colores por unidad.
Faber-Castell también está trabajando duro para poder estar al día con la creciente demanda y advirtió sobre una escasez mundial de lápiz de colores. Sandra Suppa, empleada de la empresa, dijo a The Independent que la compañía experimentó “un crecimiento de dos dígitos” en las ventas, lo cual obligó a la empresa a añadir más turnos para su fábrica de Baviera y poder hacer frente a la demanda mundial. “La tendencia se mantiene hasta nuestros días y se puede sentir en todo el mundo: desde Sudamérica hasta Asia”, señaló Suppa.
Al igual que la compañía alemana, Faber-Castell también ha sido testigo de la tendencia hacia una mayor variación en el color. “La gente ahora no está satisfecha con 36 colores y está exigiendo que las cajas ofrezcan entre 72 y 120 tonalidades diferentes”, añadió.
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