Asocian el clima cálido y los barrios amigables para caminar con disminución de la presión infantil

Por Lisa Rapaport

(Reuters Health) - Los niños que crecen en climas cálidos y barrios amigables para caminar tendrían la presión más baja que los que viven en áreas más frías y donde todos usan el automóvil para trasladarse, de acuerdo con un estudio europeo.

Los autores analizaron información sobre 1.277 pares de madre-hijo de Reino Unido, Francia, España, Lituania, Noruega y Grecia para determinar cómo la exposición a los factores externos, como la contaminación del aire y el clima, las sustancias químicas como los plaguicidas y los metales, y los factores del estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, influyen en la presión sanguínea de los niños de entre seis y 11 años.

El equipo se concentró en 89 exposiciones intrauterinas y en 128 exposiciones en la infancia temprana.

"Nuestros resultados demuestran que, desde la etapa fetal, el lugar donde vivimos, la comida que comemos, el aire que respiramos y las sustancias químicas que llegan a nuestro cuerpo pueden alterar la presión antes de la adolescencia", dijo la autora principal, Charline Warembourg, del Instituto de Barcelona para la Salud Global (ISGlobal).

"La evidencia indica que los niños con presión alta son más propensos a ser adultos hipertensos."

Un embarazo con factores del estilo de vida negativos (obesidad, sedentarismo, mala alimentación, consumo de alcohol y tabaquismo) es un factor de riesgo cardíaco para las madres, según publica el equipo de Warembourg en Journal of the American College of Cardiology.

Los autores analizaron los resultados de pruebas de sangre y orina de los niños. Detectaron que uno de cada 10 tenía presión alta o levemente alta que sugería un riesgo de desarrollarla.

Los hijos de las mujeres que vivían en un entorno amigable para el transeúnte, con espacios verdes, comercios, restaurantes y transporte público mientras estaban embarazadas eran más propensos a tener valores de presión normal que los hijos de las mujeres que vivían en ciudades alejadas o barrios donde no podían caminar.

La exposición a temperaturas más altas durante los controles de presión también estuvo asociada con valores de presión más bajos en los niños.

Con la exposición prenatal a mayores concentraciones de bisfenol-A (BPA), una sustancia química presente alguna vez en las mamaderas y otros productos plásticos, los valores de presión eran más altos que sin esa exposición.

La exposición directa de los niños al cobre y el perfluorooctanoato (PFOA), una sustancia química de los cosméticos, los limpiadores y la ropa, también estuvo asociada con valores más altos de presión infantil.

Comer poco o demasiado pescado también estuvo relacionado con un aumento de la presión de los niños. Pero mientras que los ácidos grasos omega 3 del pescado son beneficiosos para la salud cardiovascular, la contaminación con sustancias químicas o metales los contrarrestaría.

FUENTE: Journal of the American College of Cardiology, online 2 de septiembre del 2019