Cómo combatir el jet-lag con el flash de tu cámara de fotos

Someterse a destellos de luz evitaría los efectos secundarios de los viajes largos

(Foto: Getty Images)

Cuando realizamos viajes largos, el reloj del organismo se descompensa con los nuevos horarios y estamos cansados e irritados durante días.

Esto afecta al descanso nocturno; se puede tener problemas a la hora de conciliar el sueño, despertarse a menudo durante la noche o muy temprano por la mañana.

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Tener dificultades para concentrarse, sentirse torpe o irritable son otros de los efectos secundarios del ‘jet-lag.’

También puedes llegar tener otros síntomas como alteraciones intestinales, bajo apetito o incluso sentir un malestar general.

Viajar de noche para dormir en el avión, reducir el consumo de cafeína y alcohol, y beber mucha agua son algunos de los trucos más sencillos para combatir estos síntomas.

Los más precavidos suelen evitar ‘la enfermedad del viajero’ tomando pastillas de melatonina que simulan la liberación de dicha hormona a lo largo de la noche.

Pues bien, ahora la ciencia se pone al servicio de tu salud y gracias a un método ultra-rápido ya no tendrás que preocuparte por este tema.

Según un estudio, publicado en la revista The Journal of Clinical Investigation, exponer al viajero a cortos flashes de luz mientras se duerme es un método rápido y eficiente para prevenir el jet-lag.

La técnica se basa en una luz estroboscópica que durante una hora emite destellos de apenas dos milisegundos, lo que modificaba el reloj interno en dos horas.

Investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos demostraron que esta técnica basada en pequeños destellos de luz en la oscuridad puede ayudar a los viajeros a adaptarse a los cambios de huso horario y evitar los temidos efectos del ‘jet-lag’.

La técnica se basaba en una luz estroboscópica que durante una hora daba destellos de apenas dos milisegundos, como el 'flash’ de una cámara de fotos, mientras los pacientes estaban durmiendo.

La luz se colaba a través de los párpados y servía para ayudar al cerebro a reajustar el reloj biológico del organismo.

En un ensayo piloto con 39 participantes vieron como su uso lograba modificar este reloj interno en cerca de dos horas.

Como parte del estudio, el científico Jamie Zeitzer y su equipo pidieron a los participantes que se acostaran y se despertaran siempre a la misma hora durante dos semanas.

A continuación, se les pidió dormir en el laboratorio para, durante el sueño, hubiera algunos expuestos a una luz de forma continua y otros expuestos a destellos de la citada luz estroboscópica.

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En este segundo grupo, los participantes tardaron casi dos horas en tener sueño a la noche siguiente del experimento, causando un retraso de la somnolencia de 36 minutos para el grupo sometido a sesiones de luz continua.

Zeitzer ha calificado su terapia lumínica como una especie de “piratería biológica” en la que las células de la parte posterior del ojo detectan la luz y envían mensajes a la región cerebral encargada de controlar el reloj biológico, engañándola y haciéndole pensar que el día es más alto de lo que realmente es.

“La terapia lumínica está diseñada para acelerar el ajuste del cerebro a los cambios horarios. Así, y administrada por la noche, el reloj biológico del cerebro es engañado para que se ajuste a un ciclo de vigilia incluso cuando está durmiendo. Es como un ‘secuestro biológico’ que engaña al cerebro mientras dormimos y le hace pensar que el día es más largo de lo que es”, explica el director del estudio.