Cómo reconocer un yogur de calidad

A lo mejor únicamente tiene que ver con la idealización del pasado, eso de que ‘cualquier tiempo anterior fue mejor’, pero a mí los yogures de ahora ya no me saben como los de antes. ¿Será por algo en particular? Me pasa especialmente con los naturales. Por eso, he querido ver si hay diferencias entre los yogures y, para echarme una mano, he contactado con los chicos de Pastoret, que llevan 20 años creando yogures artesanales en Sant Guim de Freixenet (Lleida). Esto es lo que nos cuentan.

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(Foto: Pastoret)

La calidad de la leche y la calidad de vida de las vacas importan. “Nuestra leche procede de vacas que pastan en libertad y se alimentan, cada día, con hierba. Al estar en su hábitat natural no sufren estrés, asimilan mejor los alimentos y producen leche con mejores propiedades”, aseguran desde Pastoret.

La fermentación leeeentaaa también ayuda. Una temperatura adecuada de pasteurización y un proceso lento de fermentación hacen que los productos conserven el sabor y todas las propiedades de origen de la lecha.

El yogur también huele. Pese a que se nos había olvidado, un yogur no es un producto ni insípido ni inodoro. “Nuestros yogures, por ejemplo, tienen un punto ácido y fresco que confirma que la fermentación ha sido la adecuada y que el producto mantiene los componentes beneficiosos de la leche de vaca”, confirman en Pastoret.

Una textura cremosita… sin nata añadida. Es posible que nos encontremos con yogures cremosísimos en los que esta textura se ha conseguido añadiendo nata. En Pastoret, esa cremosidad, sin embargo, se logra gracias al proceso de elaboración. Por eso, conviene confirmar que el yogur que vamos a comer no tiene añadido alguno.

(Foto: Wikipedia)

Sabor a leche y un punto ácido. A esto debe saber un buen yogur y, probablemente el añadido de azúcares y edulcorantes ha contribuido a que se nos haya olvidado. “No obstante, el sabor final variará en función de la calidad de la leche utilizada o del proceso de elaboración”, recuerdan en Pastoret.

Ha de tener persistencia. ¿Quién dice que los yogures son algo ligero que se olvida rápidamente? “La persistencia en el paladar del yogur Pastoret recuerda mucho a la sensación después de haber bebido un vaso de leche. Esto se explica por el cuidadoso proceso de transformación que se lleva a cabo para mantener las propiedades de origen del producto”.

Mejor al natural. Sin azúcar: así es como se debe degustar un buen yogur para poder percibir mejor todas sus propiedades y características.

Y a una temperatura no tan fría. Si tenemos los yogures en el frigorífico a 0 grados, estaremos perdiéndonos gran parte de sus características. Lo ideal es que esa temperatura oscile entre los seis y ocho grados.