Cómo recordar el nombre de cualquiera (en 5 pasos)

Hay personas que parecen incapaces de recordar una cara. Y no digamos un nombre. Pero si se tiene un trabajo en el que hay que saludar de media a 50 personas nuevas al día -y entablar una conversación con todas ellas- es necesario hacer algo para aprender el nombre. No es fácil, pero no es extraordinariamente difícil. Tan solo hay que seguir un sistema que es casi infalible.

La página web Business Insider ha entrevistado a Ron White, dos veces ganador del campeonato nacional de memorización de Estados Unidos, para conocer qué consejos podría dar a, por ejemplo, una azafata de clase preferente que debe saludar a los pasajeros por su nombre o a un directivo de empresa que tiene multitud de reuniones todos los días con gente diferente.

“Cuando recuerdas la cara y los nombres de las personas, haces que se sientan especiales”, explica White. “La gente no se preocupa mucho por ti hasta que tú no te preocupas por ellos, y una manera de hacerlo es aprendiendo sus nombres”, explica.

Uno de los grandes logros de Ron White fue memorizar los 2.300 nombres de los soldados estadounidenses fallecidos en Afganistán. Tardó meses en hacerlo, pero lo consiguió. Y el sistema que utilizó se basa en estas 5 claves:

1 Atención

“El principal motivo por el que no recuerdas el nombre de alguien es porque no prestaste atención cuando te lo dijo por primera vez. No estabas escuchando. Podías estar pensando en lo que podría estar pensando de ti, en lo que tú estarías pensando de él, etc. Pero no escuchaste su nombre. Así que lo principal es prestar atención. La próxima vez que conozcas a alguien, repítete esta pregunta de manera continua ‘¿cómo se llama? ¿cómo se llama? ¿cómo se llama?’. Así ayudarás a tu cerebro a concentrarse”, asegura White.

2 Archiva

El campeón de prodigiosa memoria explica que una vez que se tiene el nombre, hay que saber guardarlo en el cerebro de la misma forma que se guardan las llaves en casa para que no se pierdan y sean fáciles de encontrar: “Fíjate en algo distintivo de su cara. ¿Tiene una nariz grande, unas orejas enormes, unos ojos bonitos, un entrecejo poblado? Pues recuerda su nombre junto a ese detalle”, asegura. Así que por ejemplo ese nuevo trabajador llamado Paco puede quedar almacenado como ‘Roberto, el del entrecejo’. Es algo malvado, pero funciona.

3 Crea una imagen

Es más fácil para el cerebro recordar una imagen que una palabra. Así que vincula el nombre o la cara de tu nuevo conocido a algo, para que tu memoria funcione mejor. Por ejemplo, si te han presentado a una María, que sea ‘María, la de las galletas del mismo nombre’. O Roberto, que es muy serio, ‘Roberto, el robot’. A partir de ese momento, todas las personas que conozcas con esos nombres pasarán a esa categoría. Todas las Marías automáticamente te las imaginarás con galletas. O todos los Robertos serán robots.

4 Une lo más característico con las imágenes

White recomienda unir las características más destacadas, las del punto 2, con las imágenes del punto 3. Así, por ejemplo, Roberto el robot, que nos hemos fijado que tiene un entrecejo muy poblado, pasará a ser ‘Roberto el robot cejijunto’. En nuestra cabeza le veremos comportándose como un autómata y con unas cejas que ni las de Madonna en los 80. Con esta mezcla loca en nuestras meninges, será imposible olvidar.

5 Repasa

White asegura que la principal diferencia entre la memoria a corto plazo y la de largo plazo es el repaso. Así que recomienda recordar continuamente la información. Por ejemplo, al final del día o durante el fin de semana. “¿A quién he conocido? A Roberto el robot cejijunto. A María la de las galletas”, etc…

Por supuesto, otro truco del que podemos valernos es el de usar una libreta para ir apuntando a la gente que vamos viendo. Así no se nos olvidará jamás un nombre.