Cómo tirar bien una caña (todo tiene su truco)

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con que, al pedir una caña, nos ha llegado un vaso lleno de líquido manso y sin chispa? ¿Es de recibo que nos tomemos ese bebedizo insulso cuando lo que queríamos era una cerveza refrescante y con vida? Nah. Hay una serie de normas para que la cerveza no sea aguachirri y es de recibo que todo barman/camarero/tiracañas las conozca. Nosotros hemos hablado con Rodrigo H. Recio, embajador de maestría de Mahou, para que nos las contara. Esto es lo que nos ha dicho.

(Foto: Pixabay)

Hay que respetar la burbuja. “Lo más importante acerca de la cerveza es que es un producto fermentado vivo, en el que el azúcar del almidón se transforma en azúcar y dióxido de carbono. Es decir, la cerveza tiene su propia burbuja y lo que hay que hacer es respetarla”.

Vigilemos la presión. “Para lograr la caña perfecta, lo ideal sería sumergir el vaso en el barril de la cerveza. Como esto no se puede hacer, existe el sistema de grifos en el que la cerveza recorre más de 23 metros y llega hasta el caño con la presión constante. Ese es el momento en el que nos la jugamos”.

Elegir un buen vaso es vital. “Nos interesa que el vaso sea redondeado o que tenga un poco de caída para que la burbuja caiga adecuadamente. Los vasos de tubo, en los que la cerveza se golpea rápidamente no son idóneos, ya que rompemos la burbuja. A nivel olfativo también dan menos opciones de apreciar el producto”.

Humedecer el vaso es necesario. “Antes de ponernos a tirar la caña, es importante pasar el vaso por un mojacopas. Así, lograremos dos cosas: por un lado, que la burbuja resbale en el vaso y que no se rompa, y, por otro, que esté totalmente limpio de cualquier impureza o resto de producto que hayamos usado para lavarlo”.

(Foto: Wikipedia)

¡Llegó la hora de tirar la caña”. “Hay que hacerlo suavemente, sin movimientos bruscos. Esos camareros que parece que están escanciando se están cargando el producto sin darse cuenta. El movimiento con el grifo debe ser constante. Inclinamos el vaso unos 45 grados y, a medida que se va llenando, vamos corrigiendo la posición y acabamos casi en vertical. Lo llenamos hasta que queden tres dedos para el borde”.

Le ponemos crema, que no espuma. “La cerveza se oxida con el aire, así que necesitamos protegerla. Por eso, hay que hacer una tapa de crema, que se logra emulsionando la cerveza. Nohablamos de espuma, ojo, ya que eso es solo aire. Hay que conseguir, estrangulando correctamente el grifo, que la cerveza salga en forma de crema, con la densidad suficiente para que no se pierda el carbónico. Se trata de que pase muy poco caudal, de que obliguemos a la cerveza a pasar por un sitio muy estrecho y provoquemos así el cambio de estado”.

Si es un doble o un litro, más tapa de espuma. “Lógicamente, hay que tener en cuenta que, si vamos a poner un doble de cerveza o un litro, la tapa de espuma deberá ser más generosa. También difiere la cantidad que necesitamos, dependiendo de si es para barra o para terraza, donde la caña va a ser trasladada y necesita protección extra”.

Si está bien tirada, puede aguantar… “más de media hora hasta que comienza a perder su estado óptimo. Si la caña está mal tirada, en cinco minutos no tendremos cerveza, tendremos un líquido poco apetecible”.