¿Cómo prefieres el filete? La respuesta está... en tu cara

Atención, porque esto te suena: llevamos toda nuestra vida escuchando eso de mira como tienes la nariz, porque seguro que así es tu… ejem. Las supuestas conexiones entre partes de nuestros cuerpos siempre han dado mucho de sí (ay, qué sería de nosotros sin un chiste verde al día), pero de verdad que esto que hemos visto no lo habíamos escuchando nunca.

Los chicos de Food52 han concluido que un asunto del calibre de cómo preferimos nuestro filete está… en nuestra cara. ¿Cómo?, diréis alucinados. Pues sí, resulta que el rostro humano da todas las pistas imaginables sobre cómo preferimos la carne. Ahí vamos.

¿Tienes ya el filete en la mesa? Pues allá vamos. Presiona con un dedo la carne y llévate el otro a la cara. Da igual que seas más delgado o más relleno, creemos, esto funciona:

- Si te gusta el filete poco hecho, la sensación al tocarlo, debería ser la misma que cuando te tocas las mejillas. Firme y suave, pero, al mismo tiempo, carnoso.

- ¿Eres más de comerte la carne al punto? Pues verás, tócate la barbilla. La carne tiene que ser así: suavecita, pero que aún ofrezca un poco de resistencia.

- La carne, si te gusta hecha, la sensación táctil debería ser como la de tu frente. Tócatela (la frente) y comprueba si la carne está así: carnosa, pero aún ofreciendo un poquito de resistencia.

De lo que no tenemos constancia es de qué parte de la cara debemos tocarnos si nos gusta la carne cruda o muy muy hecha… En fin, si damos rienda suelta a nuestra imaginación, seguro que se nos ocurren similitudes.