Dormir en la sala de emergencias de un hospital es realmente difícil

Por Lisa Rapaport

(Reuters Health) - Los pacientes que pasan la noche en un departamento de emergencias (ER) dormirían mucho menos que los que lo hacen en las habitaciones del hospital, de acuerdo con un estudio pequeño.

Los autores entrevistaron a 49 pacientes de ER que esperaban la internación en el hospital y a 44 que ya estaban internados. Les pidieron que describieran los niveles de ruido en sus habitaciones y la calidad del sueño con una escala de 1-100, de peor a mejor.

Tras considerar las características de los pacientes que influirían en el sueño, como la edad y la gravedad de la enfermedad o la lesión, el equipo siguió observando que las personas internadas en las habitaciones opinaban que su sueño era un 65% más tranquilo que los pacientes que dormían en ER.

Estos, a la vez, consideraban que dormían significativamente peor en los cinco aspectos de calidad del sueño, según publica el equipo en Emergency Medicine Journal.

"A menudo, a los pacientes nos les gusta saber que tendrán que pasar una noche en ER por el ruido, que es bastante molesto cuando se sienten mal, y además ya saben que tendrán que quedarse en el hospital, pero primero en ER donde nadie puede dormir", dijo Richard Prendiville, autor e investigador de la Universidad Nacional de Irlanda, Galway.

"Esperamos que los resultados les muestren a los hospitales que los pacientes de ER duermen mucho peor y que eso debería solucionarse."

Los pacientes que quedaron en ER eran mucho más grandes que los que durmieron en una habitación. La mitad de los primeros tenían unos 60 años, comparado con 47 años los segundos.

Los pacientes que durmieron en ER también estaban más graves: tres de cada cuatro estaban muy enfermos o lesionados al llegar a la guardia, comparado con menos de la mitad de los que quedaron internados una noche.

El estudio no es un experimento controlado para demostrar si permanecer en ER o pasar a una habitación influiría directamente en el sueño o los resultados. Otra limitación del estudio es que el equipo no contó con datos sobre las diferencias entre los niveles de dolor y el uso de analgésicos, que también influyen en el sueño.

FUENTE: Emerg Med J, 2019