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El último deseo del inventor de la cafetera: que sus cenizas fueran guardadas en una de ellas

El nombre de Renato Bialetti no es muy conocido fuera de Italia. Pero es probable que el 90% de los españoles haya visto y usado su creación más famosa. Incluso es más que seguro que ahora mismo esté presente en la mayoría de las cocinas de nuestro país. Bialletti es el inventor de la cafetera italiana y falleció la semana pasada. Tenía 93 años. Y de acuerdo a sus deseos y a los de su familia, sus cenizas fueron guardadas en una urna, como no, con forma de cafetera.

Sus tres hijos honraron a la cafetera en la iglesia de Casale Corte Cerro, el pueblo natal de Bialetti, en la región de Piemonte, al norte de Italia. El modelo en el que descansan los restos del empresario es el más grande que comercializa su marca: el de 24 tazas.


Pero aunque la escena parece surrealista, podía haber sido mucho peor. Los asistentes del funeral esperaban ver aparecer el cuerpo metido dentro de una cafetera ataúd, pero finalmente no fue así, según revela ABC.

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Para ser justos, Bialetti no inventó la cafetera. Su trabajo fue hacerla popular. Heredó de su padre, la patente del aparato, que fue creado en 1933 por un hombre llamado Luigi di Ponti. El progenitor de Renato era un vendedor de aluminio, y comercializó el invento con el nombre de Moka. Pero a pesar de lo genial de su diseño y de su utilidad, no conseguía despegar en ventas. Hasta que Renato tomó el control de la empresa familiar.

En 1940 creó una enorme campaña de publicidad que fue lanzada en todos los rincones de Italia, en la que se veía la Moka siendo usada por un pequeño monigote con mostacho: L’omino con i baffi. Este personaje se hizo tremendamente popular y ha pasado a la historia como un icono del país. En 1986, Bialetti vendió la empresa a Faema, pero conservó la patente.

Se estima que se han vendido unos 330 millones de cafeteras Moka en todo el mundo. En Italia y en España se siguen usando a diario, pese al avance de la industria del café en cápsulas.