El secreto inconfesable que hace que las mujeres reniegen del sexo

La obsesión por la perfección llega a extremos insospechados

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Las mujeres ocultan sus problemas sexuales por vergüenza. (Foto: iStock)

Vivimos en un mundo obsesionado con la estética que rinde pleitesía a la belleza, la juventud y la ‘turgencia carnal’ por encima de cualquier otra creencia o valor. Aunque es una tendencia global y generalizada, la presión sobre las mujeres es bestial, en todos los ámbitos. Queramos o no, esto nos pasa factura de un modo y otro.

La consecuencia más directa es que nos crea una inseguridad permanente y solemos acomplejarnos por todo: “Este pantalón me hace muy culona”, “Vaya tripa tengo, ¡si parece que estoy embarazada!”, “Necesito un sujetador con relleno que me estoy quedando plana”, “¿Cómo me voy a poner mini con esta celulitis? , “Mejor bañador que bikini, así no se me ven las estrías de la tripa”, etc.

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Para vivir plenamente tu sexualidad debes aceptar tu cuerpo, con sus defectos. (Foto: Getty Images)

Nos amargamos por todo y, en lugar de aceptar y vivir con naturalidad los cambios que se van produciendo en nuestro cuerpo debido al paso de los años, nos juzgamos con dureza y nos empeñamos en culparnos por ello distorsionando e infravalorando nuestra propia imagen.

Tanto es así que a dos de cada diez mujeres les acomplejan sus genitales y les ‘aterroriza’ tener que mostrar su zona genital a una nueva pareja.

Y es que la presión por ser (y estar) perfectas -en cualquier situación y etapa de la vida- está generando graves problemas de autoexigencia y autoestima.

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Pero, ¡ojo! Que una cosa es la estética (cada uno es libre de hacerse lo que quiera) y otra es la salud. Y con la salud no se juega. Bien, como iba diciendo, muchas mujeres afirman que no están “contentas” con el aspecto de su vagina; en concreto, con el tamaño y forma de sus genitales.

Pero en lugar de comentarlo -con el ginecólogo, no con la pareja (que también podrían)-, se lo guardan para si mismas, lo cual les hace perder la confianza llegando a bloquearse en los encuentros sexuales.

Además, tampoco comentan otros problemas sexuales habituales como la disfunción sexual o la incontinencia; y todo por “vergüenza” y “resignación”. asegura el Dr. Santiago Palacios, director del Instituto Palacios.

Según los expertos reunidos en el XVI Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer, celebrado en Madrid, estos secretos dificultan su calidad de vida y empeoran su sexualidad.

“Muchas mujeres no le dan a estos temas la importancia suficiente y van dejándolo pasar hasta que la situación es severa”, advierte este experto.

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¿Tienes problemas ahí abajo? No te cortes, díselo al ginecólogo y te ayudará a resolverlos. (Foto: Getty Images)

De hecho, el 30% de la población femenina sufre en algún grado el síndrome de relajación vaginal, un problema médico que consiste en la pérdida de la estructura óptima de la vagina y del tono, así como de la capacidad de contracción.

Pese a los efectos que estas alteraciones tienen en la vida femenina, se da la circunstancia de ser un tema sobre el que apenas se habla.

Sin embargo, los expertos advierten de la importancia de tratar cualquier cosa que afecte a la salud sexual de la mujer. “Muchas veces no se comenta al considerarlo un problema menor, cuando no es así”.

Y es que la vagina puede pasar por muchas vicisitudes debido a los cambios hormonales, los partos y las relaciones sexuales.

La hiperlaxitud vaginal, la atrofia vulvovaginal y genitourinaria, además de la incontinencia, son las más habituales. Pero todas tienen remedio.

Con fisioterapia, ejercicio, tratamiento farmacológico, láser o con cirugía genital, pero cada caso tiene una solución. De unos años a esta parte cada vez más mujeres se someten a una vaginoplastia (ampliación o reducción del tamaño de la vagina), labioplastia, (remodelar o rejuvenecer los labios menores) e incluso a la reconstrucción del himen con el objetivo de rejuvenecer su vagina.

¡Cuídate! No hay nada mejor que tener una vida sexual sana, placentera y responsable. (Foto: Getty Images)

Es una opción viable y respetable porque el interés por el rejuvenecimiento vaginal no es solo un aspecto estético o una tendencia, también entra en juego la salud sexual.

La sensación de flacidez, pérdida de tono, sequedad y la irritación vaginal complican las relaciones sexuales y provocan coitos dolorosos.

Como explica la Dra. Ana Téllez en El Mundo, “la estética genital es una pieza fundamental para empezar a reconciliarse con su cuerpo en momentos vitales claves y afrontar la sexualidad con sonrisa, pasión y ganas. Se trata de un estimulante del deseo y un modo eficaz y rápido de mejorar la autoestima, sin necesidad de recurrir a medidas drásticas”.

Por ejemplo, se puede usar el láser de Erbio y/o el láser de CO2 para “reparar, tensar y engrosar la dermis de la mucosa vaginal mediante la aplicación de calor, ayudando así a controlar las pérdidas de orina”, explica el Dr. César Arroyo, jefe de la Unidad de Láser Médico de HM Hospitales.

En el Instituto Médico Láser (IML) utilizan el láser Mona Lisa Touch (Smart Xide 2 V2) para solucionar los principales problemas de la zona vulvo-vaginal.

Además de dichas alteraciones, esta técnica permite mejorar las cicatrices perineales post-parto, tratar las alteraciones congénitas, realizar correcciones de clítoris hipertrófico y corregir traumas en labios menores, vulva e himen.

Asimismo permite la cirugía de los labios menores y de los labios mayores; el lipomodelado del monte de Venus; el blanqueamiento anal y genital y, también, el aumento del punto G.

Como ves, todo tiene solución, así que si no te encuentras bien o no te ves bien, ¡no te resignes! Habla con tu ginecólogo para saber el alcance real de tu problema y las opciones que tienes.

La ginecoestética permite mejorar la funcionalidad, la vida sexual y la estética de las zonas íntimas femeninas, ofreciendo cada vez más soluciones a través de la tecnología más puntera. ¿Por qué no aprovecharla?