¿Es más peligroso quitarse las amígdalas de mayor?

Toda operación conlleva un riesgo pero, en este caso, el beneficio es mayor

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Las amígdalas son una masa de tejido linfático que se encuentran detrás de la lengua, a ambos lados de la garganta o faringe (cuando abres la boca y haces “Aaaaa” las puedes ver justo en la entrada de la garganta).

Las adenoides, por su parte, están situadas en la parte superior de la garganta, detrás de la nariz, por encima del paladar blando. Sirven para retener las bacterias y los virus que entran a la garganta y las vías respiratorias. Además producen anticuerpos para combatir las infecciones. Sin embargo, aunque su función es proteger al cuerpo de ciertas enfermedades, acaban siendo víctimas de esas mismas infecciones.

La inflamación de las amígdalas o la amigdalitis es un problema común en niños y mayores que suele tratarse con antibióticos. Pero cuando las infecciones son recurrentes, la cirugía para extraer las amígdalas, las adenoides (o ambas) podría ser la solución definitiva.

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Las consecuencias de una infección de garganta son muy molestas. Entre los síntomas habituales destacan: dolor de garganta, fiebre (que puede ser alta o baja), dolor de cabeza, disminución del apetito, malestar general, náuseas y vómitos, dolor de estómago, dolor al tragar, enrojecimiento o supuración visibles en la garganta.

Si el problema afecta a las adenoides la respiración será ruidosa y a través de la boca, el habla, nasal; con ronquidos nocturnos y períodos en los que la respiración se detiene por algunos segundos. En este caso, el tratamiento no suele ser quirúrgico.

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Según los expertos una persona con más de seis infecciones al año (o cinco dos años seguidos) está sometiendo a su organismo a una agresión constante por las infecciones y su tratamiento (lo normal es tomar antibióticos de 7 a 10 días por episodio; seis episodios en un año serían dos meses al año de antibiótico); mucho mayor que la que supone quitar las amígdalas.

Es decir que la principal razón para extirpar las amígdalas en adultos es que lo los médicos llaman la “amigdalitis bacteriana recurrente o crónica”.

Pero, a pesar de esta recomendación médica, somos muchos los que nos echamos para atrás y preferimos aguantar carros y carretes antes de someternos a esta intervención porque pensamos que es demasiado dolorosa y peligrosa, que las amígdalas solo se pueden quitar de niños, y que al ser nuestra primera barrera defensiva contraeremos más enfermedades respiratorias si las extraemos.

Sin embargo, aunque las amígdalas son importantes para el desarrollo del sistema inmunológico en los niños, después de los 6 o 7 años las amígdalas no cumplen ninguna función. Y no hay evidencias científicas de un aumento del riesgo de contraer infecciones u otros problemas por extirpar las amígdalas.

En este sentido, un nuevo trabajo ha demostrado que los operados de anginas tienen menos dolor de garganta y una mejor calidad de vida.

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Investigadores del Marienhospital de Gelsenkirchen, en Alemania, han visto que las personas que se someten a una amigdalectomía para extirpar sus amígdalas o anginas tienen una mejor calidad de vida ya que, entre otras cuestiones, sufren menos dolores de garganta y faltan menos al trabajo.

El estudio, publicado en la revista ‘Deutsches Ärzteblatt Internacional’, se basó en las respuestas de 114 pacientes adultos operados en 2004.

Los efectos a largo plazo de esta intervención quirúrgica demuestran que es mejor quitarse las anginas, aunque sea tarde, que sufrir episodios constantes

Los participantes pasaron de sufrir dolor de garganta casi diez veces al año antes de la operación a apenas un par de veces. Asimismo, las visitas al médico se redujeron de cinco anuales a apenas una.

Además, la operación prácticamente hacía desaparecer el absentismo laboral, ya que pasaron de una media de 11 a menos de dos días de baja al año. Y después de la cirugía también mejoraron otros indicadores relacionados con el bienestar general, las relaciones sociales y la salud física.

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En virtud de estos resultados, los autores concluyen que las personas con dolores de garganta recurrentes que se someten a una amigdalectomía experimentarán mejoras en la salud a largo plazo, ya que también requerirán menos medicación, y también estarán más satisfechos con su vida posterior.

En cuanto al dolor y al pos-operatorio, puede que haya algo de cierto en que a los adultos nos duela un poco más y también que tardemos más tiempo en recuperarnos. Pero la decisión debes tomarla conjuntamente con el médico y pensando en tu bienestar a largo plazo y no en las posibles molestias que tendrás durante los 10 días posteriores a la operación.