Francés demandó a una empresa porque su trabajo era aburrido

“Tenía la impresión de ser transparente en la empresa”. Esto es lo que piensa Frédéric Desnard, un francés de 44 años cuyo contenido de trabajo en Interparfums, una marca dedicada a la concepción y distribución de perfumes, cayó súbitamente.

Quien se consideraba a sí mismo como el “hombre orquesta”, que se ocupaba tanto de arreglar una lámpara averiada, como de supervisar algunos contratos o de controlar los gastos de viaje de sus colegas, pasó a tener de la noche a la mañana “entre 20 y 40 minutos de trabajo efectivo al día”.

En 2010, el cliente más importante de Interparfums no llegó a renovar su contrato con la empresa, por lo que esta dejó de percibir más de 180 millones de euros, mientras en su interior se generaba un ambiente de crispación que marcó las relaciones laborales.

“Empecé a tener muchas menos tareas –confiesa para Le Monde este ex responsable de servicios generales-, pues las mismas asistentes de dirección que antes me confiaban ciertas misiones, comenzaron a preferir hacerlas ellas mismas.”

Sus amigos se transformaron en sus “enemigos”, argumenta el afectado para el diario L’Express. “Cada cual trataba de justificar la importancia de su trabajo”, concluye.

Esta situación lo sumergió en un estado de “abandono extremo”: víctima de “una pesadilla, una insidiosa caída a los infiernos”, que implicaba problemas con el sueño, úlcera y depresión grave.

“Ya no tenía energía para nada. Experimentaba un sentimiento de culpabilidad y de vergüenza al percibir un salario por nada”, aseguró.

Fue entonces que en marzo de 2014, mientras conducía su auto, Desnard sucumbió a un ataque de epilepsia que provocó un accidente de tráfico. Seguidamente el empleado pasó seis meses de licencia por razones de salud, hasta que su centro laboral le comunicó que prescindiría de sus servicios pues su ausencia prolongada afectaba el buen funcionamiento de la empresa.

Ahora, este hombre que llevaba ocho años en Interparfums, ha llevado a sus empleadores hasta la corte.

“Fui víctima por culpa de mis condiciones de trabajo”, argumenta.

Por su parte, Montasser Charni, el abogado de Frédéric Desnard, abunda sobre las razones de su demanda: “Exigimos la anulación de su despido pues consideramos que su motivo está directamente ligado al estado de salud del asalariado, provocado a su vez por el empleador, y exigimos una indemnización por despido sin causa seria y real, ya que la situación se produjo cuando paulatinamente el empleador le retiró sus tareas hasta que, al final, este no tenía nada que hacer.”

De formalizarse la demanda, este sería el primer juicio en Francia por aburrimiento laboral.

La tarea de Frédéric Desnard y de su abogado consistiría en demostrar que existe un vínculo entre la situación de aburrimiento en el trabajo y la crisis de epilepsia que conllevó a una baja temporal por enfermedad.

Interrogados por la prensa, desde Interparfums se alega que “ninguna ley ni organismo competente han establecido que exista un vínculo entre el estado de salud del extrabajador y su situación profesional dentro de la empresa”.

Por estas razones, en diciembre de 2015 Desnard fue condenado por difamación no pública en el tribunal de la policía de París, donde se reconoció su “mala fe” y se argumentó que “sus acusaciones estaban inspiradas por un resentimiento y una animadversión que pretendía perjudicar a su antiguo empleador”.

Por el momento, queda por ver cuáles serán los puntos que los magistrados tendrán en cuenta, tanto a favor del extrabajador, como de la que fuera su empresa.

El abogado Charni insiste para L’Express en que su cliente “fue claramente víctima de una separación intencional de parte de su expatrón que perseguía un único objetivo: despedirlo sin tener que pagarle ninguna de las indemnizaciones previstas”.

Mientras los que más saben de estas cosas se ponen de acuerdo sobre la legitimidad del concepto de tedio laboral en Francia, Desnard insiste en reclamarle a Interparfum la suma de 358,000 euros (unos 390,000 dólares) por varios conceptos, entre los que se encuentran el perjuicio moral y la anulación del despido.

Habrá que esperar al 27 de julio para conocer el dictamen de los letrados.