Las mutaciones genéticas de los tumores filoides podrían señalar blancos terapéuticos

Por Will Boggs NUEVA YORK (Reuters Health) - Científicos aseguran que varias alteraciones genéticas están detrás del desarrollo de los tumores filoides y algunos podrían representar blancos terapéuticos de casos malignos. "Para los tumores filoides, las mutaciones del gen MED12 tendrían un papel temprano en la aparición de un tumor, mientras que otras alteraciones impulsan una conducta agresiva", dijo a Reuters en un correo electrónico el doctor Scott A. Tomlins, de la Facultad de Medicina de University of Michigan, Ann Arbor. "Algunas de estas alteraciones, como amplificaciones del EGFR e IGF1R (factor de crecimiento epidérmico y similar a la insulina), serían blancos terapéuticos promisorios y, ahora, podrían empezar a estudiarse con seguimientos", agregó. Los tumores filoides fibroepiteliales son el 1 por ciento de las neoplasias mamarias. Las alteraciones genéticas que impulsan la aparición de estos tumores y la relación molecular con el grado histológico y conducta maligna aún se desconocen. El equipo de Tomlins realizó una secuenciación de nueva generación (SNG) de 15 muestras de tumores filoides fijadas en formalina embebidas en parafina (cinco tumores benignos, cinco tumores fronterizos y cinco tumores malignos) para evaluar de manera integral las alteraciones moleculares somáticas e identificar las oportunidades potenciales del tratamiento personalizado. Los autores hallaron que el MED12, que codifica la subunidad 12 del complejo Mediador, estaba mutado en 10 de 15 muestras en la misma región y frecuentemente en los leiomiomas uterinos y los fibroadenomas mamarios benignos. La proporción de tumores afectados no varió significativamente entre los tumores benignos (4/5), fronterizos (4/5) y malignos (2/5). El análisis también identificó una disminución de la función en TP53, RB1 y NF1 sólo en los tumores malignos, según publican los autores en Molecular Cancer Research. Las alteraciones en el número de copias cromosómicas en EGFR, IGF1R y CDKN2A también estuvieron exclusivamente limitadas a los tumores malignos, con EGFR e IGF1R como blancos clínicos potenciales. "La amplificación de IGF1R es especialmente interesante, como había ocurrido con la vía IGF en el desarrollo de los tumores filoides, aunque IGF1R no se estudió de manera directa", aclaró Tomlins. "Nuestra cohorte era demasiado pequeña como para sacar conclusiones definitivas de la clasificación, pero detectamos diferencias en la cantidad y el tipo de las alteraciones en los tres grupos histológicos de los tumores filoides", agregó. "Enfoques como el nuestro ayudarían a estadificar al grupo medio (los tumores fronterizos), aunque esto habrá que estudiarlo en cohortes más grandes. Nuevamente, nuestros resultados sugieren que los receptores de EGFR e IGF1R deberían investigarse como blancos terapéuticos potenciales", sostuvo. Tomlins comentó que accede a los datos de secuenciación mediante un acuerdo vigente con Compendia Bioscience/Life Technologies/ThermoFisher Scientific, que emplea a cinco coautores. FUENTE: http://bit.ly/1AZI2x1