Rusia: Más sanciones serían contraproducentes

Una pareja pasa frente a un grafito en el distrito de Plaka, en Atenas, que describe la situación en Ucrania el viernes 7 de marzo de 2014. (Foto AP/Dimitri Messinis)

WASHINGTON (AP) — Atrás de toda la retórica sobre medidas punitivas más severas contra Rusia por su incursión militar en Ucrania están las complicaciones económicas y el temor de que las sanciones impuestas contra Rusia puedan tener consecuencias perjudiciales para Estados Unidos y Europa.

La imposición de sanciones enérgicas de Washington y la Unión europea podrían enfriar la ya aletargada economía rusa y perjudicar su sector financiero, pero Moscú podría tomar represalias y confiscar bienes estadounidenses o de otros países, o bien reducir las exportaciones de gas natural a Europa, que depende en gran medida de la energía rusa.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, advirtió el viernes al secretario de Estado norteamericano John Kerry que las sanciones estadounidenses podrían tener un efecto contraproducente, informó la cancillería rusa en un comunicado.

Durante una conversación telefónica, Lavrov exhortó a Estados Unidos a no tomar "medidas apresuradas y no bien sopesadas que pudieran dañar las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, en especial las relacionadas con sanciones, que inevitablemente tendrán un efecto bumerán", agrega el comunicado.

En un comunicado distinto, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso advirtió también a la Unión Europea que cualquier sanción que imponga tendría una respuesta y dañaría "los intereses de la UE y las naciones que la integran".

Kerry manifestó a Lavrov la importancia de hallar una vía constructiva para resolver la situación diplomáticamente, que atienda los intereses del pueblo de Ucrania, de Rusia y de la comunidad internacional. Kerry y Lavrov acordaron seguir consultando en los próximos días, según el Departamento de Estado.

Al declarar su decisión de no permitir que Rusia divida Ucrania, el presidente Barack Obama aplicó el jueves nuevas restricciones de visas a ciudadanos rusos y otros adversarios del gobierno de Ucrania en Kiev y autorizó penalidades financieras más amplias contra los involucrados en la intervención militar o en la sustracción de bienes del estado.

Obama puso énfasis en su resolución durante una conversación telefónica de una hora con el presidente ruso Vladimir Putin, reiterando su posición de que las acciones rusas violan la soberanía de Ucrania.

En el Capitolio, las dos cámaras del Congreso buscaron promover sanciones enérgicas contra Rusia.

Obama encomió la cooperación de Estados Unidos con la Unión Europea, que el jueves suspendió conversaciones con el gobierno de Putin sobre varios acuerdos económicos y planes de conceder a los ciudadanos rusos libre paso sin visa dentro del bloque de 28 naciones, pero los presidentes y primeros ministros europeos estaban divididos acerca de los planes de aplicar sanciones más enérgicas, como congelación de bienes y prohibición de viajes a funcionarios rusos.

La vacilación europea refleja la realidad de que apuntar contra los influyentes empresarios rusos o las grandes compañías rusas también podría perjudicar los intereses económicos europeos. El comercio de Estados Unidos con Rusia es menos de una décima parte del europeo.

Inversionistas rusos tienen bienes por miles de millones de dólares depositados en bancos europeos, particularmente en gran Bretaña, que protege celosamente su sector financiero y grandes exportadores como Alemania y Holanda tienen mucho más en juego que Estados Unidos en la economía de consumo rusa.

Mucho más cautelosa que Obama en el plano de las sanciones, la canciller federal alemana Angela Merkel dijo que las medidas europeas contra Rusia dependían de "cómo evolucione el proceso diplomático" y el primer ministro polaco Donald Tusk admitió que no veía entusiasmo en Europa por aplicar sanciones económicas.

En algún sentido, el debate sobre sanciones evoca la doctrina de la Guerra Fría en la que si los dos adversarios lanzaban sus armas nucleares serían aniquilados ambos.

"Es una especie de destrucción mutua garantizada", comentó Steven Pifer, exembajador de Estados Unidos en Ucrania y analista en el Instituto Brooking en Washington.

"Rusia podría decir 'Bueno, les cortaremos el suministro de gas y ustedes tendrán que comprar gas extra a un gran costo", agregó. "Perjudicaría a los europeos, pero también cortaría el mayor influjo de dinero en efectivo que llega hoy a Rusia", en referencia a las ventas de gas que representan un 60 % de las exportaciones rusas y la mitad de los ingresos del gobierno. "Por eso los rusos podrían amenazar algunas cosas, pero también tienen que considerar qué significaría para la economía rusa".

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Los periodistas de The Associated Press Julie Pace y Matthew Lee en Washington; Juergen Baetz y Mike Corder en Bruselas y Yuras Karmanau en Simferopol, Ucrania, contribuyeron a este despacho.