Si tomas más de seis copas en una noche, te juegas la vida

Los ‘atracones’ de alcohol pueden aumentar el riesgo de infarto de miocardio o ictus durante la semana siguiente

image

El alcohol reduce la capacidad de realizar cualquier actividad porque produce una pérdida de coordinación y reflejos. (Foto: Getty Images)

Los bebedores sociales, que concentran el consumo de alcohol los fines de semana, en forma de ‘atracones’ podrían estar jugándose la vida.

Investigadores de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan de Boston, Estados Unidos, aseguran que las borracheras del finde pueden aumentar el riesgo de infarto de miocardio o ictus durante la semana siguiente.

No obstante, los resultados de una revisión de estudios que publica la revista Circulation muestran como el riesgo de ambas patologías con un consumo más moderado, de entre dos y cuatro consumiciones al día, puede ser menor entre quienes son bebedores habituales, si se compara con quienes no beben nada.

image

“El impacto del alcohol en el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares depende de la cantidad y la frecuencia con la que se bebe”, destaca Elizabeth Mostofsky, principal autora del estudio.

Aunque investigaciones previas han relacionado el consumo moderado de alcohol a un menor riesgo de infartos a largo plazo, este análisis buscaba ver lo que ocurre en los primeros días después de su consumo y ver cómo la cantidad ingerida podía influir en el riesgo de infarto de miocardio o ictus.

image

Los jóvenes subestiman los síntomas del ictus que, según los expertos, es una de las enfermedades más devastadoras. (Foto: Getty Images)

Para ello, analizaron un total de 23 estudios publicados entre 1987 y 2015 que, en total, incluía a 29.457 participantes. En el análisis se registraron un total de 17.966 infartos de miocardio y 2.599 accidentes cerebrovasculares isquémicos o ictus, causado por una obstrucción en los vasos sanguíneos que llevan sangre al cerebro.

Cuando la gente había bebido de dos a cuatro copas de alcohol, a las 24 horas siguientes el riesgo de sufrir una de estas dolencias era un 30 por ciento más bajo que quienes no bebían alcohol.

Estos bebedores moderados también tenían un riesgo un 19 por ciento menor de accidentes cerebrovasculares isquémicos una semana después, en comparación con quienes eran abstémios.

En cambio, si te pasas, al día siguiente el riesgo ya es mayor

El consumo desmedido en forma de atracón, con entre seis y nueve copas en una noche, se asociaba a un riesgo un 30 por ciento mayor de ambos eventos cardiovasculares al día siguiente de la ingesta.

Inmediatamente después del consumo de alcohol, el cuerpo tiene buenas y malas respuestas fisiológicas, reconocen los investigadores, ya que una bebida puede aumentar la frecuencia cardíaca y causar problemas electromecánicos en la función del corazón entre una y tres horas después.

image

Pero entre 12 a 24 horas después, el consumo moderado de un par de consumiciones puede asociarse a un mejor flujo sanguíneo y otros cambios beneficiosos para el sistema cardiovascular, según señalan los autores.

Además, el consumo moderado y habitual de alcohol también se asocia con mejoras en otros factores de riesgo cardiovasculares como los niveles de colesterol, la frecuencia cardiaca y o la capacidad de procesar azúcar en la sangre.

El consumo excesivo de alcohol, sin embargo, está ligado a un elevado riesgo de hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte en caso de infarto, han explicado los investigadores.

Los autores reconocen que entre las limitaciones del análisis está la falta de datos sobre la regularidad de episodios de consumo excesivo de alcohol o la posibilidad de que hubiera algunas patologías subyacentes en los participantes de algunos de los estudios utilizados que pudieran influir en esta asociación. Asimismo, tampoco se diferenciaba entre vino o cerveza.

Reducir el riesgo de ictus o infarto cerebral es relativamente sencillo, solo hay que hacer cambios en el estilo de vida: seguir una dieta saludable, baja en sodio, que no ayude a controlar el colesterol y la tensión en los niveles adecuados; hacer ejercicio y beber menos alcohol.

Por cierto, no está de más que revises estas falsas creencias sobre el consumo de alcohol, publicadas en la web de la Fundación Alcohol y Sociedad:

1. El alcohol te da energía. No. Es un depresor del sistema nervioso. Reduce la capacidad de realizar cualquier actividad.

2. No pasa nada por beber sólo cerveza porque tiene pocos grados. Lo importante es el número de UBE (Unidad de Bebida Estándar) que se consuman. Según la OMS, una UBE corresponde a 10 gramos de alcohol. El alcohol que contiene una caña de cerveza es igual, por ejemplo, al de un chupito o un vaso de vino.

No fumar y limitar el consumo de alcohol, reducen el riesgo de accidente cerebrovascular. (Foto: Getty Images)

3. Mezclar cerveza, vino y licores emborracha más que beber un solo tipo de bebida alcohólica. La alcoholemia es la proporción de alcohol que circula por la sangre después de beber una cantidad determinada de alcohol y es lo que determina lo borracho que uno está. Mezclar bebidas con diferentes contenidos alcohólicos no emborracha más, pero puede provocar más malestar al estómago y mareos al mezclar diferentes sabores.

4. Todo el mundo reacciona igual al alcohol. Existen muchísimos factores que afectan a nuestra reacción ante el alcohol: el peso, la proporción de agua y grasa, la hora del día, el estado de ánimo o la bioquímica del organismo.

5. Quien está más acostumbrado a beber, se emborracha menos. NO es que se emborracha menos, sino que muestra menos los efectos de la borrachera porque ha ganado tolerancia. Sin embargo, igualmente se emborracha y sufre los efectos de apatía, pérdida de coordinación y reflejos.

6. Una ducha fría o un café cargado te despejan. Se podrá estar más despierto o despejado, pero se sigue estando ebrio, borracho, porque ni la ducha ni el café disminuyen el alcohol en sangre.

7. No es mi problema si uno de mis amigos bebe mucho. Uno no puede hacer cambiar a alguien si el otro no quiere, pero no conseguiremos nada si al menos no lo intentamos.

8. Lo peor que puede pasar con una borrachera es acabar con una resaca monumental. Si uno bebe bastante alcohol y deprisa, se puede llegar a ingerir una cantidad elevada que pudiera producir problemas en el organismo, como el coma etílico.

9. El alcohol ayuda a ligar y mejora las relaciones sexuales. El alcohol puede relajarte, pero interfiere en la capacidad sexual.

10. El que bebe demasiado sólo se perjudica a sí mismo. Seguro que las personas que tienes cerca se ven afectados por tu consumo de alcohol, sobre todo teniendo en cuenta los accidentes mortales y no mortales que se originan por el abuso del alcohol.

11. Beber alcohol durante la resaca, la mejora. En realidad la agrava ya que es la misma sustancia que produjo la intoxicación. Otro mito es que las pastillas de vitamina B6, tomadas antes o después de beber evitan la resaca. Su única utilidad es la aplicación por vía intramuscular en casos graves.

12. Manteniendo en la boca un chicle, dos granos de café o soplando de determinada manera, se engaña el alcoholímetro. Estos métodos no funcionan porque el alcoholímetro mide igualmente el alcohol, aunque haya otras sustancias. Además, si la policía entiende que alguien está intentando realizar incorrectamente la prueba, puede considerar que está cometiendo una falta muy grave (negarse a hacer la prueba).

13. Haciendo ejercicio o vomitando se elimina más rápidamente el alcohol del cuerpo. Así se expulsa menos de un 2% de alcohol, insuficiente para afectar al nivel de alcoholemia o a la borrachera.

14. Tomar dos cucharadas de aceite evita que el alcohol siente mal al estómago. Este método sólo recubre una mínima parte del estómago y permite el paso del alcohol, ya que el aceite es líquido.

15. La tónica, los antiácidos y otras sustancias que protegen el estómago afectan al alcohol. Aunque puedan reducir el malestar provocado por la mezcla de sabores o por el vómito, no afectan al nivel de alcoholemia ni hacen recuperar antes la sobriedad.

16. Ciertas sustancias estimulantes hacen que se pase la borrachera. Algunas pueden despejar momentáneamente, pero como no eliminan ni metabolizan el alcohol, seguimos teniendo el mismo nivel de alcoholemia y los efectos del alcohol. Además, la mezcla de algunas sustancias con el alcohol producen terceros efectos que pueden provocar daños al hígado e incluso la muerte.

17. Dejar de beber cuando se acerca la hora de conducir. Es una práctica habitual entre los jóvenes pero el alcohol tiene su máximo efecto en el cuerpo una hora después de haberlo ingerido, si has tomado unas cuantas copas no servirá de nada.

Más claro, agua, ¿verdad? A todas luces conviene tener en cuenta estos consejos y no hacer “el cafre” los fines de semana. Beber de forma moderada, no más de dos bebidas al día en el caso de los hombres y una en el de las mujeres, reduce casi al mínimo la posibilidad de que se produzca algún accidente cerebral.

Y… para que no te líes con las cantidades: una bebida equivale a 45 ml de licor, 148 ml de vino y 355 ml de cerveza. Sobre todo, recuerda que no debes beber de forma abusiva los fines de semana (ni nunca), aunque no bebas nada durante la semana. Eso no te va a librar del infarto!.