Terapeutas no deberían autorizar animales de asistencia emocional para sus pacientes

(Reuters Health) - Cada vez más terapeutas están autorizando a las mascotas de sus pacientes como animales de contención emocional (ESA, por su sigla en inglés), lo que permite llevar a gatos, cerdos y aves en aviones y a casas de alquiler aun cuando no sea por una necesidad médica, según indica un estudio. Los autores le pidieron a 87 profesionales de salud mental que revisaran las leyes y políticas vigentes para determinar cuándo los animales califican como ESA en Estados Unidos, incluidos los requisitos para el transporte federal aéreo. Luego, les preguntaron cómo deben que certificar a los ESA. El 31 por ciento había recomendado un ESA previamente, pero un 36 por ciento pensaba que no estaba calificado para hacerlo. El coautor Jeffrey Younggren, de la Universidad de Missouri, explicó que "los animales de servicio están entrenados para hacer ciertas tareas o cumplir ciertas funciones asociadas con la asistencia y su preparación coincide con las necesidades de los pacientes, además de que no se los considera mascotas. Es un proceso formal". En cambio, señaló que "los ESA no cumplen requisitos de entrenamiento por ley ni su aprobación se limita a los perros. Patos, pavos y cerdos obtuvieron esa certificación". Las leyes federales y estaduales sobre los ESA a menudo son complejas y siempre cambian, afirma el equipo de Younggren en el estudio a publicarse en Professional Psychology: Research and Practice. Los profesionales que participaron del estudio pensaban que, a veces, es necesario certificar un ESA. Pero, para evitar posibles problemas legales y éticos, los autores plantean que los médicos no deberían aprobar animales para los pacientes que están tratando. Los especialistas en salud mental que trabajan en los tribunales y carecen de una relación previa con un paciente podrían tomar una decisión más imparcial. Esas evaluaciones, para los autores, deberían hacerse con el mismo cuidado e imparcialidad utilizada para la discapacidad. Para eso, habría que elaborar guías profesionales. Muchos profesionales de salud mental no comprenden que surge un conflicto de interés cuando un paciente les pide que certifiquen a un animal porque desean satisfacerlo y mantenerlo en terapia, explicó el doctor Paul Cherniack, de la Escuela Miller de Medicina de la Universidad de Miami y que no participó del estudio. Señaló que, además, los médicos deben confiar en los beneficios que perciben los pacientes porque no existen herramientas objetivas para evaluar los efectos terapéuticos de los animales. Mientras que se necesitan mejores guías y estándares para certificar los ESA, hay evidencia que sugiere que las mascotas podrían contener a las personas con trastornos de salud mental, indicó la doctora Helen Brooks, del Grupo de Investigación en Salud Mental de la Universidad de Manchester, Reino Unido. FUENTE: Professional Psychology: Research and Practice, difundido en mayo del 2017